Ingredientes virales del skincare: ¿promesa científica o publicidad disfrazada de contenido en redes sociales?



Ácido hialurónico, colágeno tópico, vitamina C e incluso el polémico “semen de salmón” figuran entre los ingredientes más virales (y malinterpretados) del skincare en redes sociales. Con millones de visualizaciones en TikTok e Instagram, estos activos se presentan como soluciones milagrosas, pero… ¿realmente funcionan? Ante estas preguntas, expertos de in-cosmetics Latin America se suman a la conversación para desmitificar las tendencias más virales del momento y ofrecer claridad sobre lo que sí tiene sustento científico.



Ácido Hialurónico: ¿el elixir de la eterna juventud?

Uno de los mitos más recurrentes es que todo producto con ácido hialurónico es automáticamente efectivo. Sin embargo, los expertos de in-cosmetics aclaran que su eficacia depende del peso molecular, una decisión tomada por los formuladores y que el consumidor final no puede evaluar sin la experiencia técnica adecuada de lo que la piel realmente necesita. En términos generales, las versiones de alto peso actúan superficialmente, mientras que las de peso medio y bajo penetran en capas más profundas, ofreciendo beneficios reales a largo plazo como elasticidad y reducción de líneas de expresión. De acuerdo con Giulio Peron, fundador de QUINTAL.LAB en in-cosmetics Latin America, “no es suficiente que un ingrediente sea popular, debe demostrar que penetra y actúa donde la piel realmente lo necesita”.


Colágeno: ¿firmeza desde el interior?

En el caso del colágeno, aunque es altamente publicitado, los estudios demuestran que su aplicación tópica no es absorbida por la piel debido a su elevado peso molecular. Solo algunas formas hidrolizadas o los péptidos bioactivos logran cierta eficacia, aunque sus efectos son principalmente cosméticos. Para resultados estructurales, la evidencia clínica respalda la suplementación oral.


“Semen de Salmón”: ¿Inyección anti-edad marina?

Un caso más extremo es el del polideoxirribonucleótido (PDRN), popularizado como “semen de salmón”. Aunque existen estudios que muestran su potencial regenerativo, su eficacia cosmética en aplicaciones tópicas sigue sin comprobarse de forma contundente. Además, su uso inyectable no está aprobado con fines estéticos en Latinoamérica ni en la mayoría de los países, lo que limita su aplicación segura.


Parabenos: ¿conservadores realmente tóxicos o satanizados?

Los parabenos son conservadores que se han usado durante décadas para evitar el crecimiento de bacterias y hongos en productos cosméticos, sin embargo, se han estigmatizado fuertemente en los últimos años. Inclusive, muchas marcas han comenzado a utilizar etiquetas que promueven atributos como "Libre de parabenos", "Sin conservantes artificiales" "Clean formula / fórmula limpia", para hacer más atractivos sus productos para ciertos consumidores.


Su mala fama se debe a estudios preliminares no concluyentes, pero organismos como la FDA, la European Medicines Agency y ANVISA (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria Brasileña), avalan su seguridad en las concentraciones permitidas.


Vitamina C: ¿El oro cítrico de la belleza?

La vitamina C, por su parte, sí cuenta con sólida evidencia como antioxidante e iluminador, pero su eficacia depende de una formulación correcta. Cuando se oxida o se combina con exposición solar sin protección, puede incluso generar hiperpigmentación (afección de la piel en la que aparecen manchas o zonas más oscuras que el tono natural de la piel, debido a un aumento de la producción de melanina).


Ácido Tranexámico: el ingrediente estrella

Entre tanto ruido, el ácido tranexámico sí destaca como un ingrediente con respaldo real. Es eficaz para tratar manchas, tono disparejo y melasma, y es bien tolerado por pieles sensibles, lo que justifica su creciente popularidad entre profesionales y consumidores.


Los especialistas de in-cosmetrics Latin America advierten que el mayor riesgo no está en los productos, sino en la desinformación. Contenido viral sin base técnica, promesas de resultados instantáneos y consejos dados por personas sin formación en salud o cosmética, deben ser consumidos con cuidado, bajo supervisión y recomendación de un profesional, además de ser verificados y probados antes de comenzar a ser utilizados.


Los especialistas de in-cosmetics Latin America coinciden en que el mayor riesgo no reside en los productos, sino en la desinformación que los rodea. El contenido viral sin base técnica, las promesas de resultados inmediatos y los consejos de quienes carecen de formación en salud o cosmética deben ser abordados con escepticismo y siempre bajo la supervisión de un profesional certificado. La responsabilidad recae en el consumidor: verificar la fuente, exigir evidencia y elegir únicamente productos respaldados por expertos. Mientras tanto, la belleza, como en salud, la verdad no se mide en ‘likes’, estás tendencias pasan, pero la ciencia permanece.



Ante este panorama, Peron enfatiza: “la confianza en skincare no se construye con tendencias pasajeras, sino con conocimiento sólido y evidencia clara.” Por eso, el llamado es ineludible: verificar siempre la fuente, exigir evidencia y priorizar únicamente productos respaldados por profesionales capacitados. En un mercado saturado de desinformación, el criterio informado no es opcional: es la única garantía para una inversión segura en belleza y salud”.



Si quieres conocer más sobre cómo los expertos están desmitificando ingredientes virales y descubrir de primera mano las innovaciones que marcarán el futuro del cuidado de la piel, inscríbete en in-cosmetics Latin America aquí.


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